Experiencias singulares de adaptación de la arquitectura escolar a discapacidad visual.

Definición de discapacidad visual:

Cuando hablamos en general de ceguera o deficiencia visual nos estamos refiriendo a condiciones caracterizadas por una limitación total o muy seria de la función visual.

Más específicamente, hablamos de personas con ceguera para referirnos a aquellas que no ven nada en absoluto o solamente tienen una ligera percepción de luz (pueden ser capaces de distinguir entre luz y oscuridad, pero no la forma de los objetos).

Por otra parte, cuando hablamos de personas con deficiencia visual queremos señalar a aquellas personas que con la mejor corrección posible podrían ver o distinguir, aunque con gran dificultad, algunos objetos a una distancia muy corta. En la mejor de las condiciones, algunas de ellas pueden leer la letra impresa cuando ésta es de suficiente tamaño y claridad, pero, generalmente, de forma más lenta, con un considerable esfuerzo y utilizando ayudas especiales.

En otras circunstancias, es la capacidad para identificar los objetos situados enfrente (pérdida de la visión central) o, por el contrario, para detectarlos cuando se encuentran a un lado, encima o debajo de los ojos (pérdida de visión periférica), la que se ve afectada en estas personas.

Por tanto, las personas con deficiencia visual, a diferencia de aquellas con ceguera, conservan todavía un resto de visión útil para su vida diaria (desplazamiento, tareas domésticas, lectura, etc.)

Mi búsqueda sobre la adaptación de la arquitectura escolar a discapacidad visual me he basado en un proyecto que tiene como finalidad establecer las premisas y criterios sobre la arquitectura necesarios para las personas con deficiencia visual, y que de esta manera también los niños puedan realizar una vida cómoda, en las instalaciones del edificio escolar, ( aula, patios, comedor, baños, etc). Y así de esta manera podemos incluir a los niños que tienen discapacidad visual, y que se puedan desarrollar en una sociedad conjunta y no como un niño “especial”.

Este proyecto también se crea, ya que los recintos públicos como es en este caso las escuelas también se encuentran niños con esta discapacidad, y necesitan unas instalaciones apropiadas y adaptadas para ellos. Ya que todos tenemos el derecho de sentirnos en una misma comunidad.

En el edificio existen tres tipos de espacios:

Aquellos destinados a la Escuela para ciegos y deficientes visuales; otros espacios que sirven de Centro de integración Social para personas con deficiencias visuales; y espacios de apoyo, que sirven como conector de los dos anteriores y fomentan el intercambio entre estudiantes de todas las edades y la comunidad.

Los espacios comunes entre aulas son paseos de color verde que fomentan el intercambio entre las personas que asistan a las diferentes clases que se impartan en la institución. Dichos paseos pueden ser utilizados de diferentes formas, algunos como parque de juegos, es decir, el patio. 

Con los colores fuertes apreciados en el edificio, se busca generar altos contrastes entre los diversos espacios y así ayudar a las personas con deficiencias visuales, a de terminar cuándo empieza un espacio y cuándo termina otro. Los colores cálidos son más fáciles de apreciar por el ojo humano, facilitando aún más la posible comprensión por parte de aquellos que posean resto visual.

En conclusión a la búsqueda que he adquirido, me parece una buena táctica el plantear este tipo de estructuras para los niños y las personas que tienen una discapacidad visual o ceguera, ya que les va a mejorar su vida diaria, a la hora de ir a clase, el poder socializarse con los demás y sentir que pertenece a un misma comunidad, ya que en estos recitos también conviven con personas que no tienen ningún tipo de problema visual o impedimento.

También proponen actividades que se adaptan a los niños con perdida visual absoluta, como puede ser la natación, carreras, actividades rítmicas, manualidades, etc