La integración de otras culturas en la escuela infantil.
Lo primero que debemos
tener claro es, qué es una sociedad en la que existen diferentes culturas, y
qué es una sociedad multicultural.
La escuela es el primer lugar donde ocurren los cambios que experimentan
los niños, en donde se vive la primera experiencia de adaptación a una nueva
cultura y donde se recibe la aceptación o no de su especialidad. Es también
donde el niño sufre las primeras contradicciones entre su propia cultura y la
mayoría que representa la escuela. Aquí se produce la primera sensación de ser
diferente.
Definición: La interculturalidad se refiere a la
interacción entre culturas, de una forma respetuosa donde se concibe que ningún
grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento la
integración y convivencia entre culturas. En las relaciones interculturales se establece una relación basada en el respeto a la
diversidad y el enriquecimiento mutuo, sin embargo no es proceso o exento de
conflictos, estos se resuelven mediante el respeto, el dialogo, la escucha
mutua.
La educación intercultural
es la educación centrada en la diferencia y pluralidad cultural más que
una educación para los que son culturalmente diferentes.
Educar en actitudes interculturales significa dar a los
niños otros puntos de vista favoreciendo la predisposición afectiva positiva hacia personas diferentes
culturas y proporcionándoles la posibilidad de que manifiesten conductas
tolerantes, respetuosas y solidarias.
Según Enrique Santamaría una de las palabras mágicas es “comprensión”.
Los niños de la clase son culturalmente diversos, heterogéneos. La tarea
pedagógica estaría encaminada a reducir los problemas que esa diversidad pueda
traer consigo y a utilizar sus virtualidades positivas.
La educación
intercultural debe trabajarse con los alumnos de infantil aprovechando
cualquier actividad, para desarrollar en la medida de lo posible, contenidos
que propicien la creación de lazos entre
las distintas culturas.
La escuela es el lugar donde los niños que vienen de
otros países, otras culturas experimentan los primeros cambios. En ella
viven la experiencia de adaptación a una nueva cultura, es dónde el
niño encuentra grandes diferencias entre su propia cultura y la de la
mayoría, que representa la escuela. Es entonces, cuando se produce la primera
sensación de “ser diferente”. Además de que esta cultura que es totalmente
nueva para ellos, les puede resultar un choque entre su propia cultura y la
cultura generalizada del lugar, por lo que es importante tener en cuenta un
tipo de pedagogía en la escuela y en el aula que respete esas diferencias, es
decir, de forma de que esas diferencias se vean como algo positivo para todos.
En los centros escolares conviven diariamente grupos
sociales de diferentes edades, sexos, clases sociales, idiomas y culturas, con
capacidades e intereses diversos. En este contexto, la escuela debe ser el
lugar donde se lleven a cabo aprendizajes de todo tipo, educando en la igualdad
y la convivencia, y es necesario que los educadores prestemos una especial
atención a esta realidad, desarrollando proyectos encaminados a lograr una
total integración del alumnado y de sus familias en la comunidad educativa y en
la sociedad.
Por todo ello, nuestra labor como docentes es la de inculcar
en el niño/a aptitudes de respeto, tolerancia, comprensión, cooperación,
convivencia, etc.
De este modo, hay que hacerles ver, que se deben respetar
las demás culturas, así como a todos los
miembros que la componen, además de las lenguas, la gastronomía, el folclore,
sus tradiciones, sus costumbres, su ideología, etc. Igualmente el niño/a ha de
conocer su propia cultura y mostrarla a
los miembros de otras culturas. Con todo esto se crean vínculos
de afecto, de apoyo, de solidaridad hacia todas las culturas del resto
de compañeros y a la suya propia, y se puede
hablar de igualdad de
oportunidades para muestren una actitud abierta por conocer culturas
diferentes, desconocidas.
Es pues necesario, que pedagogos y educadores desarrollen nuevas estrategias para la
integración de todos los alumnos en nuevos sistemas de enseñanza que contemplen
la educación desde una perspectiva multicultural, con valores de tolerancia y
respeto a la diferencia.
Debemos destacar que
el desarrollo de la multiculturalidad en el aula presenta un mayor número de
factores positivos que negativos, debido a la situación actual en la que nos
encontramos y que nunca debemos dejar de trabajarla con niños/as y familias.
¿Cómo trabajar la multiculturalidad?
En Educación Infantil
se debe trabajar de manera transversal, es decir, de manera global,
introduciéndole en las actividades.
Además de trabajarla transversalmente, la
podemos trabajar a través de:
- Asambleas.
- Rincones de
trabajo.
- Proyectos de investigación.
- Talleres.
- Juegos.
- Cuentos.
- Salidas.
Es imprescindible que toda la sociedad tome conciencia de
que no es posible cuidar sin ser cuidado, que no es posible desarrollar una
educación de calidad, si no se está en constante revisión y profundización, no
sólo de contenidos y métodos, sino también de actitudes.
La etapa educativa es
el período de la vida, donde el desarrollo psicológico establece sus bases. En
estos años, los niños y niñas no sólo aprenden, sino que establecen sus
primeros vínculos afectivos, De aquí la enorme responsabilidad que recae sobre
las instituciones educativas que se encargan de estas edades, así Familia y
Escuela deben en este período mantener más que nunca una estrecha relación.
La evolución social ha traído consigo cambios relevantes en
la realidad educativa. Entre ellos destaca una mayor diversidad del alumnado
que acude a los centros, derivada no sólo de circunstancias relacionadas con
las capacidades, motivaciones e intereses sino también con la presencia de
personas de diferentes culturas.
La creciente multiculturalidad que existe
en nuestra sociedad supone un reto educativo importante y, al mismo tiempo, una
oportunidad para avanzar hacia el desarrollo de una competencia intercultural
que abra las vías para el intercambio entre culturas, poniendo el énfasis en
los elementos similares y en el fomento de los valores para la convivencia; que
afronte los conflictos que surgen entre personas debido a diferencias
culturales y proceda a su resolución en un marco de reconocimiento mutuo
mediante la mediación intercultural, y que, en definitiva, conlleve el
desarrollo de las habilidades sociales necesarias para ponerse en el lugar del
otro, para escucharle e intentar comprenderle.
La inmigración es un fenómeno presente a lo largo de la
historia de la humanidad, originado por circunstancias variadas, entre las que
destacan aquéllas que afectan a los individuos como colectivo. Determinados
fenómenos de carácter social, político o económico traen consigo el
desplazamiento de un gran número de personas que, de este modo, se convierten
en los actores principales de la relación entre culturas; relación muchas veces
6 marcada por la consideración desigual entre la cultura autóctona y la
foránea. A pesar de ello, es un hecho incuestionable el valor del intercambio
cultural entre los pueblos como una de las principales causas de desarrollo y
progreso. Una mirada retrospectiva sobre lo ocurrido en nuestro país en las
últimas décadas permite apreciar que el papel de España respecto a las
migraciones ha cambiado significativamente, puesto que de país emisor se ha
transformado en receptor de un número creciente de personas de distinto origen
y cultura. Por tanto, el fenómeno de la inmigración es algo nuevo en este
contexto, convirtiéndose la sociedad española en una sociedad de acogida. No
cabe duda de que la llegada de estas personas, en un primer momento, supone un
choque y las repercusiones son de diversa índole: sociales, económicas,
laborales, sanitarias y educativas. La sociedad receptora, que se beneficia en
muchos sentidos de aquéllas, debe adaptar sus estructuras para dar respuesta, a
corto y medio plazo, a las necesidades de la población inmigrante. Personas que
llegan buscando mejorar sus condiciones de vida y que ofrecen una oportunidad
para conocer y para apreciar las aportaciones de otras culturas. Una
oportunidad, en definitiva, para desarrollar valores de respeto y comprensión
hacia lo diferente.
Las diferentes administraciones deben asumir un compromiso
para que las personas inmigrantes avancen hacia el desarrollo de una
competencia real para participar en la sociedad de acogida como miembros de
pleno derecho, adquiriendo un estatus de ciudadanía que les otorgue el reconocimiento
de sus derechos y de sus deberes como ciudadanos y ciudadanas que contribuyen
al sostenimiento social. El acceso al trabajo, a la sanidad y a la educación,
entre otros, son pilares de un proyecto común que requiere un tratamiento
global por parte de las diferentes instituciones.
Colegio Ave María
En ellas se utilizaba el método Manjoniano, basado en
técnicas por las que el alumno era el protagonista activo de la enseñanza. Las
clases se impartían al aire libre, con murales, pizarras móviles, árboles,
cintas… Por las tardes se enseñaba música a los niños.
Por lo tanto nuestra enseñanza ha de ser abierta, capaz de
descubrir las necesidades de nuestros alumnos y que parta del conocimiento y
experiencia propia de los mismos para que el aprendizaje sea lo más
significativo posible.
Queremos conseguir una calidad de enseñanza que favorezca el
desarrollo personal del alumno y la adaptación a las necesidades en que
vivimos, compensatorio de desigualdades culturales y sociales de los alumnos,
que responda con coherencia a nuestros objetivos curriculares y que eleve la
educación integral de nuestros alumnos.