Experiencias de Educación Emocional en Educación Infantil

Podemos definir la inteligencia emocional como “la habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y las de los demás, promoviendo un crecimiento emocional e intelectual. De esta manera se puede usar esta información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento. ” (Mayer)

La Educación Emocional es una innovación educativa que lo que pretende es atender a las necesidades sociales que hasta ahora no estaban atendidas.

La educación emocional está relacionada con la capacidad de empatía. Y pretende aumentar su nivel de bienestar personal. Facilitando que se conviertan en personas comprometidas y responsables. Aumentar las posibilidades de que consiga cumplir sus metas y logros propuestos.

Últimamente, se tiene muy en cuenta trabajar y ayudar a desarrollar la inteligencia emocional en el aula de educación infantil. Hay diferentes métodos para llevar a cabo esta propuesta.

-          Hay páginas web, en las que con juegos tratamos de fomentar el desarrollo de la inteligencia emocional. http://www.vedoque.com/

-          Existen cuentos para fomentar la empatía. (Ej. El pez arco iris en el que se trabaja el compartir, la importancia de ayudar a la gente y de tener amigos entre otras cosas)

-          Emociónate es una colección de libros que cada uno intenta desarrollar un aspecto de la inteligencia emocional.

-          También podemos trabajar en el aula mediante juegos donde aprendan a identificar sus emociones y las de los compañeros, entender cómo se sienten y así fomentar la empatía.

-          Hay películas que también intentar que los niños desarrollen más su capacidad para entender lo que sienten (Ej. Inside out)

Desde la infancia tenemos que aprender a identificar y controlar nuestras emociones. Normalmente la gente asocia el éxito de una persona con tener un buen CI, pero actualmente se está demostrando que para tener felicidad y unos resultados académicos positivos no es tan importante el CI como un buen desarrollo emocional. Esta habilidad es importante fomentarla desde los primeros años de vida de los niños.

Una persona que tenga desarrollada la inteligencia emocional posee confianza en sus capacidades, crea y mantiene relaciones positivas con el resto de las personas, se sabe comunicar y decir lo que piensa y dice. Es capaz de empatizar y tener en cuenta los sentimientos de los demás.

Por ello debemos proporcionar a los niños un espacio en que se le enseñe a través del juego a identificar, expresar y manejar adecuadamente sus emociones va a permitir al niño adquirir recursos que poco a poco le va a proporcionar herramientas para solucionar las diferentes situaciones de su vida cotidiana.

Muchos estudios actuales demuestran que desarrollar la inteligencia emocional influye positivamente en las capacidades cognitivas y los resultados escolares. Permite proporcionar a los niños facilitadores de la atención  y el uso del pensamiento racional lógico y creativo.

Un buen desarrollo de las emociones también proporciona al niño una capacidad reflexiva, de atención y por lo tanto un mejor rendimiento escolar.

En cuanto a sus relaciones sociales, el aprender a manejar tus emociones y a tolerar la frustración va a hacer que tengan relaciones sociales más positivas.

Para desarrollar este tipo de inteligencia en los más pequeños, es importante motivar al niño a que resuelva sus problemas proporcionándole ayuda en caso de que lo necesite. Debemos reconocer y valorar siempre aquello por lo que se esfuerza. Por otra parte es importante que sea capaz de asumir sus errores y por tanto tolerar la frustración, para ello también es importante que el niño se conozca a sí mismo sabiendo sus limitaciones y sus capacidades. Debemos enseñarle a respetar al resto de las personas, respetando a la vez sus gustos y opiniones.

Pero para que todo esto termine dándole resultados positivos debe ser capaz de saber que está sintiendo en cada momento y como expresarse con los demás. Por lo tanto tiene que saber manejar y sobre todo identificar, tanto en sí mismo como en los demás, los sentimientos en los diferentes contextos.

 El problema es que la mayoría de las personas no ven la importancia de desarrollar la inteligencia emocional, porque ha sido un aspecto que no ha salido a la luz, en el ámbito educativo, hasta hace poco. También a la hora de realizar nuestra planificación educativa tenemos que tener en cuenta que nos va a llevar mucho tiempo conseguir que comprendan sus emociones y las manejen correctamente en los diferentes contextos y con las diferentes emociones.

Un buen recurso para los más pequeños,  es un diccionario de las emociones, el EMOCIONARIO donde se describen sencillamente cuarenta y dos estados emocionales, identificándolos correctamente. Consta de imágenes por lo que permite poder utilizarlo aunque los niños no sepan leer. Para los niños más pequeños podemos empezar a utilizar solo las emociones más sencillas como la vergüenza, ternura, odio, aburrimiento, felicidad… y a medida que vayan creciendo ir aumentando el número de emociones trabajadas. Para trabajar las emociones, podemos mirar las imágenes y hablar sobre q nos transmite.

https://www.youtube.com/watch?v=lUfdg9JnXjQ

Otra herramienta con la que trabajar es “LA CAJA DE LAS EMOCIONES” su uso es muy fácil y se puede adaptar a las características individuales de cada niño. Para llevar a cabo esta actividad, debemos hacer una caja con los alumnos, decorándola todos juntos, después crearemos papeles donde estén las emociones. El objetivo es que los niños puedan expresar lo que están sintiendo a través de la caja, les estaremos enseñando nuevas formas para afrontar los conflictos.

El mayor problema de esta estrategia es la falta de tiempo por parte de los profesores o que estos no sean constantes en su aplicación y los niños no adquieran el hábito de utilizarla.

Debemos ser conscientes de que si queremos que los niños participen en esta herramienta, nosotros deberíamos ser los primeros en participar y así incentivar a los alumnos.

Los efectos de este método no suelen ser inmediatos y a veces los profesores tienen la sensación de estar perdiendo el tiempo y por lo tanto desmotivarnos.

También hay una variante más positiva “EL TARRO DE LAS BUENAS NOTICIAS”. Consiste en que cada vez que ocurra algún acontecimiento positivo, por ejemplo un cumpleaños, en el aula, pensamientos positivos en el aula.